Estaba pensando en el tema que quería escribirles en esta última semana de 2009 y surgió de manera natural y obvia el de las resoluciones de año nuevo.
Sin embargo, quiero hacerlo desde un enfoque distinto y me puse a pensar que se puede establecer una relación entre los comandos básicos de un editor de texto y las resoluciones de año nuevo. ¿Cómo?.
Las resoluciones las voy a clasificar según los comandos: Agregar, Modificar o Borrar.
¿Cuáles son las resoluciones del tipo Agregar?
Son todas aquellas experiencias que hoy no tenemos y que queremos agregar a nuestras vidas, en este tipo están por ejemplo: la compra de una casa/vehículo, la llegada de un bebe a la familia, obtener un grado académico, empezar un negocio.
Estas experiencias del tipo Agregar están cargadas de una emoción muy unida al entusiasmo, huelen a nuevo, el resultado que esperamos es tan bueno y tan deseado que es agradable emprender estas resoluciones sin importar la cantidad de esfuerzo que esto implique.
Las resoluciones del tipo Modificar.
Tienen otro tono, son situaciones que ya existen, con las cuales no estamos satisfechos, posiblemente las hemos puesto en la lista desde hace varios años, sin embargo por alguna razón no terminamos de hacer el cambio que tanto queremos.
En este rubro se encuentran las famosas como son la de bajar de peso, hacer ejercicios, dedicarle más tiempo a la familia, dejar de llevar el trabajo a casa, etc.
Estas resoluciones suenan sencillas pero no son tan fáciles de cumplir porque más allá de esfuerzo y energía requieren un compromiso real de nuestra parte. Es más que una resolución; es un contrato con nosotros mismos.
Por último están las resoluciones del tipo Borrar, a mi juicio mas que resoluciones son decisiones de vida, determinan un antes y un después.
¿cuáles podrían ser estas? Decidir mudarse a otra ciudad o país, un divorcio, dejar de fumar definitivamente, decidir hacerse la operación que hemos pospuesto desde hace tiempo. Estas resoluciones tienen intrínsecamente algo de desprendimiento, se cambia de piel, se cierra un ciclo importante; estas resoluciones no son para nada fáciles y a pesar de que sabemos que el resultado nos va a abrir nuevas posibilidades, el camino suele ser doloroso.
¿Qué podemos hacer para que las resoluciones vayan más allá de un lista de supermercado?
Pedir ayuda: En nuestra cultura estamos acostumbrados a que las resoluciones son muy personales y privadas, se comparten pero nunca pedimos ayuda.
Así que cambiemos este año e involucremos a alguien y pidámosle que sea nuestro aliado en esta resolución, sea cual sea.
Calidad sobre cantidad: es preferible tener 3 resoluciones con las cuales vamos a comprometernos que tener 10 y no cumplir ninguna, las resoluciones son para nosotros, por lo tanto a la única persona a la que le rindo cuentas es a mí mismo. Honremos ese acuerdo.
Hacer una revisión periódica de la lista:
Si queremos crear un cambio revisemos la lista y veamos qué avances hemos hecho, si vamos adelante celebremos y si no hemos hecho nada simplemente veamos que es lo que nos frena. Lo importante es que no nos quedemos en la justificación o en la explicación lleguemos al fondo y hurguemos ¿qué es lo que nos impide el cambio?.
Seamos compasivos con nosotros mismos un paso a la vez:
Muchas de las resoluciones se caen, porque ponemos objetivos muy ambiciosos y al no lograrlos nos desmotivamos, hay un libro que se llama “El camino del Kaizen” de Robert Maurer, el autor habla del poder de las pequeñas acciones hay ejemplos interesantes para lograr metas personales empezando con tareas pequeñas y aparentemente triviales para luego ir avanzando poco a poco, por ejemplo, ¿Qué paso pequeño y trivial podrías dar para mejorar la calidad de tu salud? Una respuesta sería comer menos chocolate, pero que tal si esta buena intención se traduce en algo más concreto como botar el primer mordisco?. Suena interesante, ¿verdad? Otro ejemplo: si uno de los propósitos es mantener la casa limpia, el autor sugiere, escoger una zona de la casa, colocar un temporizador por 5 minutos y durante ese lapso limpiar y ordenar el área, una vez suene la alarma dejar la limpieza.
La mayoría de nosotros tienen miles de explicaciones para no cumplir una resolución y hay sólo una para hacerla realidad y es simplemente querer hacerla. Los invito a que nos paremos a observar que nos pasa cuando empezamos a flaquear, ¿cuál es el enemigo del aprendizaje que nos está saboteando, atajemos este momento precioso, no lo dejemos pasar porque es ahí donde descubriremos qué nos pasa y se abrirá un nuevo camino no transitado.
No me queda más que despedirme y desearles un año 2010 pleno de posibilidades para ustedes y sus familias.
Un abrazo.
3 comentarios:
Muy buen artículo, sobretodo práctico. Con tips que pueden aplicarse inmediatamente. Gracias!
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Epale Rosita muy bueno tu blog!, desde ahora lo visitaré con frecuencia. Un abrazo
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