Un mantra es un conjunto de sílabas, palabras, frases o texto largo, que al ser recitado y repetido varias veces penetra en el inconsciente con el objeto de perseguir una meta espiritual o material.
Los mantras son usados principalmente en las religiones orientales para lograr estados de profunda concentración, tienen su propia técnica y están acompañados de una vibración especial por lo que se debe ser cuidadoso al utilizarlos para lograr el objetivo deseado.
Muchos de nosotros, sin necesidad de haber practicado ninguna religión oriental, tenemos nuestros propios mantras, desde pequeños hemos escuchado de nuestros padres y familiares cercanos una serie de juicios, dichos y/o refranes relacionados con el dinero y que al ser repetidos continuamente por mucho tiempo, los hemos vivido como afirmaciones.
Estos mantras están tan arraigados en nuestro inconsciente que ni siquiera nos atrevemos a cuestionarlos y sólo a través de un observación profunda de nosotros mismos podemos darnos cuenta del poder que le hemos otorgado y como han influido en nuestra relación con el dinero.
Ejemplo de algunos de estos mantras:
El dinero no crece en los árboles.
El dinero no cae del cielo.Debería darte vergüenza tanta gente pasando trabajo y tu tienes de todo.
Cuando seas grande ya veras lo que cuesta ganarse el dinero con el sudor de la frente.
El dinero se hizo para gastarlo, total la vida es una sola.
Tanto tienes tanto vales
Mas vale deber dinero que deber favores
Cuando el pobre lava, llueve.
Ustedes mi querido lectores harán su propia lista, lo interesante en este punto es revisar en nuestra historia familiar (padres, abuelos, tíos etc) como ha sido el manejo del dinero.
¿Cómo lo obtenían?
¿Cómo lo gastaban?¿Ahorraban?
¿Tenían conversaciones sobre el dinero? O ¿era un tema tabú del que nunca se hablaba?
Alguno de los miembros se arruinó después de haber tenido una posición estable financieramente.
¿Eran generosos o tacaños?
Siempre estaban guardando para las emergencias.
Hurgar dentro de nuestra historia familiar nos ayudará a responder ciertos comportamientos que tenemos en torno al dinero, quizás descubramos que aunque ya no guardemos el dinero debajo de la tierra como lo hacían nuestros ancestros todavía nos guste atesorar cosas y dejarlas para disfrutarlas un día de estos.
Existen otro factores a tomar en cuenta dentro de este fascinante tema acerca del dinero y es el rol importante que juegan el cuerpo, el lenguaje y la emoción.
Para ello los voy a invitar a hacer el siguiente ejercicio: Sentémonos cómodamente en un silla, tomemos tres respiraciones profundas y veamos que pasa con el cuerpo cuando leemos las siguientes palabras:
Dinero
Finanzas
Mi trabajo
Mi quincena
Mi alquiler
Mi casa
Mis tarjetas de crédito
La educación de mis hijos.
Mi jubilación.
¿Cómo reaccionas físicamente? ¿Hay rigidez?, ¿incomodidad en alguna parte de tu cuerpo?, quizás hasta hayas registrado sudoración, palpitaciones.
Indaguemos un poco más en las emociones ¿qué sentimos cuando leímos la lista?
¿rabia? ¿resignación? ¿miedo? ¿tranquilidad? ¿angustia?
Cuando te diriges a hacer alguna transacción a un banco ¿Qué te pasa?
Te das cuenta, que es muy diferente la sensación si la comparas con la visita a un restaurante o a una tienda?
Interesante ¿verdad?
Y que pasa cuando hablo de dinero?
¿Tengo conversaciones con mi familia acerca de este tema o es algo de lo que no se habla?
Con mi pareja, ¿Cómo se dividen los gastos? ¿Cómo se administra el presupuesto familiar?
¿Cuáles son los mantras del dinero que en este momento les estoy transmitiendo a mis hijos?
Siempre hablo en diminutivo sobre mi dinero: Recibí una platica, tengo un dinerito que lo voy a gastar en……
Cuando recibo mi quincena, ¿doy gracias por tener un empleo?. ¿Existe una relación de agradecimiento o de rechazo?
Estas líneas que pongo a su servicio pretenden dejarles un espacio para despertar el observador que somos en cuanto al dinero.
En esta época de Navidad y listas de propósitos de Año Nuevo los invito a que no sentemos a reflexionar sobre este tema, los rituales de prosperidad tan populares en estas fechas, sólo serán efectivos si los manejamos desde nuestro ser, generando cambios desde el nuevo observador que somos.
Un afectuoso abrazo
